Al pie del cerro Santa Ana, entre el Malecón Simón Bolívar y la brisa del río Guayas, se guarda un tesoro que pocos imaginan: más de 5.000 piezas que narran incendios, rescates y noches en vela para defender a una ciudad que aprendió a levantarse de las cenizas.
El Museo del Bombero Ecuatoriano Crnel. Félix Luque Plata cumple 43 años este 25 de julio. Y lo celebra abriendo sus puertas a quienes quieran asomarse a casi dos siglos de coraje del Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil, fundado en 1835.
Cruzar su entrada es retroceder en la historia: desde rudimentarios guimbaletes (que extraían agua de pozos con palancas) hasta las primeras máquinas a vapor tiradas por caballos y los legendarios motobombas que rugieron por calles empedradas para contener las llamas.
Cada sala revive gestas poco contadas. En la galería de óleos, los rostros de Geo Chambers Vivero, Homero Morla, Asisclo Garay Portocarrero, Aurelio Carrera Calvo, Julio César Rumbea, Genaro Cucalón, Mario Vernaza y tantos otros coroneles vigilan, firmes, la memoria de un oficio que siempre enfrenta el peligro de frente.
Las maquetas a escala congelan escenas que cambiaron la ciudad para siempre: el gran incendio de 1896, que ardió durante tres días, o la tragedia en la planta de Shell Gas, la noche del 10 de marzo de 1976. A su lado, los trajes de gala donados por familiares de héroes caídos recuerdan que detrás del uniforme hubo padres, hermanos y amigos.
La Sala de Operaciones, con radios y equipos de comunicación de la época, conecta a los visitantes con las emergencias que marcaron a generaciones. En otra sala, uniformes de distintas épocas muestran cómo la tecnología ha evolucionado para proteger a quienes arriesgan la vida.
Un punto clave es la primera planta proveedora de agua, inaugurada el 1 de enero de 1905, que permitió extraer agua del río Guayas y almacenarla en tanques sobre el cerro Santa Ana, un adelanto que cambió para siempre la forma de combatir los incendios.
Las visitas guiadas están a cargo de cuatro expertos, quienes comparten detalles y anécdotas de cada espacio. El jefe comisionado del museo, Mayor Alfonso Andrade Pérez, destaca la magnitud de la muestra: “Fue creado en 1982, en ese entonces por el comandante Hugo Avellaneda Marín; ocupaba solo un espacio arriba del edificio, pero en 2001 se dio un giro por el Crnel. Jaime Cucalón Icaza”, acotó.
El Museo del Bombero estás situado en las calles Crnel. Cornelio Escipión Vernaza y Malecón Simón Bolívar. Abre de martes a sábado, de 10:00 a 17:00, y domingos de 10:30 a 17:30. Las instituciones educativas pueden coordinar visitas al 3714840 (ext. 600, 601, 602 y 326) o escribir a museo@bomberosguayaquil.gob.ec.