En el cierre de las fiestas julianas, la cultura subió al escenario en uno de los barrios más populares de Guayaquil. La Unidad ZUMAR Casuarina fue el epicentro de un festival que desbordó arte, talento y orgullo comunitario. La interpretación del coro femenino con *Guayaquil de mis amores* conmovió al público y arrancó aplausos de los 300 asistentes, en una jornada que evidenció cómo la inversión social puede cambiar realidades.
ZUMAR Casuarina es uno de los centros municipales que impulsa procesos de transformación barrial a través del arte. Allí se dictan cursos gratuitos de danza clásica, danza afro, canto, teatro, pintura, guitarra y percusión, dirigidos a niñas, niños y adolescentes de cooperativas como Guerreros del Fortín, Nueva Frontera, Colinas de la Florida, Enner Parrales, Balerio Estacio, entre otras.
“Aquí tenemos unos 1.100 alumnos y otros 1.100 en Bastión Popular (…) La inversión en cultura nos ayuda a romper barreras: primero, de marginalidad; y segundo, a potenciar con fuerza la reducción de la violencia”, explicó Sonia Pérez, coordinadora general del Proyecto ZUMAR.
El festival incluyó bailes tradicionales, un concurso de comida típica y una exposición de trabajos artísticos creados por los propios estudiantes. Entre los asistentes estuvo la señora Dalia Morán, quien acompañó a sus hijas Kiara y Sofía, alumnas de danza y pintura. “Matricularlas en cursos privados sería demasiado costoso. Aprovecho para agradecer al Alcalde porque son muchas oportunidades (…) En cada presentación que tienen, a donde vayan, ellas se sienten unas artistas”, expresó emocionada.
El impulso a estas iniciativas responde a la visión del alcalde Aquiles Alvarez de reconstruir el tejido social de Guayaquil desde la base, con arte, cultura y deporte como ejes de cambio. ZUMAR lo demuestra: cuando el talento encuentra oportunidades, los barrios florecen.