Flor de Bastión, uno de los sectores históricamente más postergados del noroeste de Guayaquil, vive una transformación sin precedentes gracias al plan integral de infraestructura que ejecuta el Municipio. La intervención contempla pavimentación de vías, construcción de aceras, bordillos, drenaje pluvial y jardineras, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de más de 100 mil habitantes.
La inversión asciende a USD 30 millones, financiados a través de créditos del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF). De esta cifra, USD 16,7 millones se destinaron a tres contratos ya ejecutados que beneficiaron a los bloques 6, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 20 y 21. En total, cerca de 20 kilómetros de calles que antes eran de tierra y de difícil acceso fueron intervenidas integralmente.
Estas obras no solo mejoran la movilidad, facilitando el ingreso de ambulancias, patrullas, transporte público y recolección de basura, sino que también refuerzan la seguridad vial, previenen inundaciones y aportan a un entorno más ordenado y saludable.
El impacto en los moradores es evidente. Héctor Moreno, morador del bloque 8, describe el cambio como “un sueño hecho realidad y una realidad que parece un sueño. Qué felicidad ver que todo está terminado. El cambio es radical en lo físico y en lo emocional”.
Para Angélica Reyes, la diferencia también es notoria. “Ahora dice todo el mundo: andas hecha la aniñada porque tienes calles nuevas y estás como si fuera una ciudadela”, comenta entre risas, y recuerda que antes “esto era puro lodo, piedras, palos, por donde quiera”, comentó.
Actualmente, se encuentra en proceso de contratación un cuarto proyecto que contempla intervenir los bloques 3, 4 y 5, con una asignación de USD 12,9 millones. Esta fase también incluirá pavimentación, aceras, alcantarillado y drenaje pluvial.
Con esta planificación sostenida, el alcalde Aquiles Alvarez impulsa una verdadera transformación urbana en Flor de Bastión, apostando por la inclusión y el desarrollo de sectores tradicionalmente olvidados.