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La Perla del Pacífico avanza hacia un futuro más natural y sostenible con la renaturalización urbana

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La hoja de ruta establecida hasta diciembre de 2025 por El Municipio de Guayaquil y Fundación La Iguana pretende rescatar la naturaleza de la ciudad con la construcción de 3 nuevos prototipos de Bosques Urbanos Nativos (BUN) en el norte, noroeste y sur de la ciudad, con el fin de mejorar la conectividad y aumentar la cantidad de áreas verdes en sectores estratégicos de Guayaquil.

 

A esta estrategia se suma la transformación de varios parques bajo la metodología BUN, priorizando espacios sostenibles y resilientes que no representen una pesada carga financiera de mantenimiento en el mediano y largo plazo para el Cabildo.

 

Los BUN no solo contribuyen al incremento de cobertura vegetal, sino que también se convierten en hábitats funcionales para la biodiversidad local. Estos espacios están diseñados para replicar dinámicas ecológicas propias de los ecosistemas nativos del territorio y cuentan con protocolos de seguimiento y evaluación de indicadores de biodiversidad, alineados con el Marco Global de Biodiversidad de Kumming-Montreal. A través de estos prototipos se busca aumentar las áreas verdes y azules dentro del entorno urbano, mejorar la conectividad ecológica y fomentar espacios donde la participación ciudadana sea un pilar fundamental para asegurar el éxito del modelo.

 

Esta visión, a diferencia de la siembra tradicional de árboles individuales, adopta un enfoque ecológico que fomenta comunidades vegetales que replican la estructura natural de los bosques. Las plantas interactúan a través de sus raíces creando relaciones simbióticas que fortalecen la resiliencia del sistema y reducen la dependencia de insumos externos.

 

“Tenemos que seguir trabajando con estas metodologías internacionales que vamos adaptándolas y calzándolas a las realidades locales. Sembrar árboles individualmente, a diferencia de sembrar comunidades de vegetación, requiere esfuerzos e insumos con costos altos. Sembrar una comunidad estratificada como son los bosques nos ayuda a que la hierba, el arbusto, el árbol y toda su composición se pueda ir proveyendo de nutrientes”, explicó Andrea Fiallos, presidenta de Fundación La Iguana.

 

Estos espacios, concebidos como nuevas infraestructuras verdes, requieren una planificación rigurosa basada en estándares técnicos internacionales. Según dichas referencias, un barrio debería contar con al menos un 30% de cobertura arbórea para generar beneficios significativos como la regulación térmica, la mitigación del efecto de isla de calor y la mejora de la salud pública. Este nivel de cobertura también garantiza una mayor masa vegetal estratificada, capaz de almacenar carbono, capturar CO₂ y producir oxígeno.

 

En el sector de Sauces, la participación de líderes barriales y vecinos ha sido clave para lograr la implementación y el monitoreo del primer Bosque Urbano Nativo. En el lugar, la Fundación realiza ferias informativas periódicas con el propósito de motivar la integración ciudadana y promover una cultura de renaturalización urbana.

 

La Alcaldía de Guayaquil y Fundación La Iguana subrayan la necesidad de educación y concienciación ciudadana para asegurar la sostenibilidad de estos proyectos, e invitan a todos los guayaquileños a involucrarse activamente en su consolidación. Como parte de esta transformación urbana, actualmente también se trabaja en la construcción de la Malla Verde de Guayaquil y en la actualización del Plan de Arbolado Urbano Cantonal, con el objetivo de lograr una ciudad más verde, resiliente y comprometida con el bienestar de las futuras generaciones.

 

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